¡Vivan los corruptos!
Estamos donde estamos y venimos de donde venimos. A veces, mi amiga Cris y yo filosofamos sobre esto y nos preguntamos como hemos salido medio normales (al menos eso pensamos). Mira que hemos vivido parte de nuestra vida en un mundo raro, pero que muy raro ¿Como hemos podido sobrevivir?
Vienen a mi mente cosas como que lo del "regalo" se consideraba normal en mi casa. Ahora con lo que está ocurriendo veo que es consecuencia de ESE MUNDO CUTRE. Ya lo he contado alguna vez, yo procedo de una familia de panaderos. La saga empezó con mi abuelo y continuó con sus hijos. Recuerdo la cara de mi madre cuando aparecía "la fiscalía"- mi cabeza de niña intentaba entender como aquellos hombres asustaban tanto a mi madre ... un mundo de misterio envolvía el asunto- tartas y todo tipo de encargos salían sin pagar ...supongo que algún billete iría en los paquetes, todo para que las caras de aquellos señores se serenasen, y aunque mi madre se pasara el resto del día despotricando, lo importante, decía, era llegar a un entendimiento. A consecuencia de eso, supongo, mi madre creía que el regalo venía bien para que las monjitas me trataran bien- "hay en estar a bien con todos"- hasta San Antonio salía beneficiado- lo sé porque me mandaba con un sobre cuando mi hermano tenía exámenes... acostumbrada a ello, casi lo encontraba normal- eso hasta que tuve mi primer hijo e intenté hacer un regalito al médico que me atendió- "eso es ofensivo"-dijo mi marido. A partir de ese momento fui consciente que un regalo se hace por cariño- no a cambio de favores.
Con todo esto, supongo que los de "una generación" podamos llegar a entender lo que está ocurriendo- alguno supone que "aún está en el cortijo de su padre"- No me doy un sobresueldo "es algo que me merezco"...y "si quieren algo que lo demuestren". CORRUPTOR Y CORRUPTO VIVIENDO EN FRANCA ARMONÍA. Hace un tiempo me encontré con un familiar que se dedicaba a la construcción- iba con un maletín y me dijo que se dirigía al ayuntamiento- lo comentaba como la cosa más normal, algo que ya entraba en el presupuesto de la obra.
Y así estamos, claro que siempre está la presunción de inocencia pero, en nuestro fuero interno...CREER, CREER... A ver si nos lo explica
AMEN
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