El gran MASTER nace y se cree Dios, la familia se lo confirma y los falsos amigos consienten, pero en el fondo no es más que un ser vulgar, un ídolo falso que tiene que pagar las lisonjas. Esas alabanzas que necesita para confirmar la imagen que el ve en el espejo todas las mañanas le costará según el puesto que el gran turiferario ocupe en la sociedad. Pero que más da si esos óbolos provienen del erario público
Pero aqui tenemos al "pequeño turiferario", aquel que se conforma con mendrugos con tal que el gran MASTER se deje adorar y esparcirá el incienso para que el fétido olor no llegue a los ciudadanos.
¿Y como acaba la historia del pequeño turiferario?
El gran Master querrá deshacerse de él cuando este ya no le sea útil. Turiferario es parte de su amo, una simbiosis imposible de separar pero no es tan valiente como Bruto. ¿Como acabar con este Cesar capaz de traicionarle?
Pues cual mantis religiosa, en un acto de amor extremo, durante la cópula abrirá la cabeza del amo y se comerá sus sesos
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