Después de la época azul, Picasso se fue recuperando del duelo por la muerte de su amigo Carles Casagemas y empezó su época rosa. El período rosa duró desde 1904 hasta 1907, justo antes de empezar sus experimentos con el cubismo.
El pintor empezó a ver la vida con más optimismo y alegría y lo reflejó en su arte. Se instaló en París y se enamoró de Fernande Olivier (conocida como “la belle Fernande”), con quien estuvo durante siete años.
Ella trajo la belleza y el compañerismo a la vida de Picasso. Vivían en el barrio de Montmartre, muy frecuentado por escritores y pintores de la época, tales como Guillaume Apollinaire y André Salmon.
La relación entre Picasso y Olivier comenzó casi inmediatamente, justo al principio del Periodo Rosa del pintor. Olivier se convirtió en una importante fuente de inspiración para él. Entre 1905 y 1906 Picasso le dedicó obras como
el retrato con mantilla negra, que se conserva en el Museo Guggenheim de Nueva York.
el retrato con mantilla negra, que se conserva en el Museo Guggenheim de Nueva York.
Durante esta época conoció y retrató a los miembros del Circo Medrano, a los que pintó felices con sus familias. A Picasso le gustaba la agilidad y la valentía de los artistas de circo, así que les dedicó muchos cuadros: pintó máscaras, arlequines, domadores y payasos.
En 1906, Picasso consigue vender la mayoría de sus cuadros “rosa” a un mismo comprador, y, por primera vez, puede disfrutar de una posición económica desahogada. Ese mismo año visita a sus padres en Barcelona, acompañado de su amante Fernande. Después, ambos parten a Lérida, donde el artista pinta
El aseo, y Autorretrato con paleta, dando fin a el Periodo Rosa, que abrirá el camino hacia un nuevo ciclo El Cubismo.
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