Hablaban esta noche en la radio de lo que el gobierno llama MOVILIDAD EXTERIOR y no es otra cosa que "tener que largarse del país por falta de trabajo". Una mujer lloraba porque sus cinco hijos habían tenido que marcharse y ella se sentía sola. Tambien comentaba de su futuro, del desarraigo. Se formó un debate y salió el clásico diciendo que no debería estar triste, que sus hijos serían "ciudadanos del mundo". Yo ya no pude dormir. Nos han acostumbrado a las frases tontas, algo que viene bien a la política manipuladora. "Ciudadano del mundo" es el que se siente bien, el que tiene cierto dominio de la situación en cualquier sitio en que se encuentre pero eso no quiere decir que NO TENGA SU LUGAR.
Llamó un ciudadano español que había vivido en medio mundo y ahora residía en Costa Rica. Dijo que se sentía bien allí pero reflexionó: "el desarraigo siempre se paga".
La emigración implica que se realicen dos exigencias simultáneas: la separación de lo anterior y la adaptación a lo nuevo pero dicha adaptación no siempre se logra inmediatamente, a veces puede convertirse en motivo de agustia provocando un sentimiento de añoranza y fracaso que enturbia sus vidas
¿Que nos van a contar a los gallegos de eso? De acuerdo que el mundo se ha empequeñecido, que no hay distancias pero no confundamos globalización con bienestar
No hay comentarios:
Publicar un comentario