Jacob Ochtervelt fue bautizado en Rotterdam en 1634. Según Houbraken se formó en el taller del pintor Nicolaes Berchem en Haarlem, donde posiblemente coincidió con Pieter de Hooch, entre 1646, año en el que Berchem volvió de Italia, y 1655, fecha en la que Ochtervelt está documentado de vuelta en Rotterdam. Ese mismo año contrajo matrimonio con Dirkje Meesters. Sus obras iniciales muestran los influjos de pintores italianizantes como su maestro, Nicolaes Berchem, Jan Baptist Weenix y Ludolf de Jongh. A partir de mediados de la década de 1650 comenzó a pintar escenas de género situadas en jardines con arquitecturas clásicas, que destacan por la monumentalidad de las figuras y que recuerdan a las pinturas de Karel du Jardin; también incorporó una iluminación, casi teatral, característica de los pintores caravaggistas.
Paulatinamente Ochtervelt fue creando su propio estilo, concentrándose en escenas de interiores de prósperos burgueses, en las que las figuras, y en especial las distintas texturas de sus ropajes, eran tratadas con gran meticulosidad y esmero, mostrando en este punto afinidades con la obra de Frans Mieris el Viejo. Su gran aportación al género fueron unas originales piezas de interiores acomodados, como El vendedor de uvas (San Petersburgo, Ermitage) oMúsicos callejeros en la puerta (Saint Louis Art Museum), en las que deja entrever un grupo de personajes de la calle a través de la puerta de entrada, generalmente músicos o vendedores. Estas escenas, situadas en el umbral de una puerta, permitieron al artista explorar el contraste y las conexiones entre personajes de distintas clases sociales
No. está documentada su entrada en el gremio de San Lucas de Rotterdam, sin embargo en 1667 aparece mencionado entre los candidatos a la presidencia de la institución (Hoodfman) para el periodo comprendido entre 1667 y 1669. En 1674 se trasladó a Amsterdam, donde trabajó hasta su fallecimiento en 1682. Las obras de su último periodo revelan la complejidad general del último tercio del siglo XVII en Holanda, cuando las corrientes clasicistas comenzaron a ponerse de moda frente al realismo holandés
Museo Thyssen-Bornemisza
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