sábado, 31 de marzo de 2018

Miguel Macaya



Miguel Macaya nació en Santander en 1964. Es un dibujante, pintor y grabador de origen cántabro afincado en Barcelona.
Macaya pertenece a una nueva generación de barceloneses de adopción, de pintores realistas para los que el reconocimiento ha llegado a finales de los años 90. Su obra, definida como existencialista y alejada de las corrientes vigentes, es actualmente muy solicitada por galeristas y coleccionistas de arte contemporáneo. La obra de Macaya, de reminiscencias goyescas, enlaza con la tradición de la pintura barroca y tenebrista española en el uso de la ironía, la técnica y el claroscuro, y está llena de personajes, animales y toreros.

El tratamiento de la luz es muy característico de la pintura de Macaya: sigue una línea clásica, española, que le otorga una fuerte personalidad como artista contemporáneo; esta manera de hacer, además, permite identificar rápidamente su obra. Artista hábil e inteligente, siente una gran preocupación por la luz y el negro. Representa las carencias humanas: lo universal que no puede identificarse y se convierte en ausencia.

Los personajes humanos de Macaya esconden tras una piel clásica que transpira virtuosismo, las fórmulas más contundentes para clavar estocadas llenas de ironía con las que rompe la aparente trascendencia del cuadro o del grabado. El pintor/grabador nos ofrece un espejo donde reflejar las incertidumbres y los desequilibrios intrínsecos al ser humano. Nos muestra figuras anónimas y descontextualizadas para hacerlas más próximas.

Su obra es existencialista en el sentido que representa una traición a la normalidad expresada mediante las carencias del ser humano. Los retratados, ya sean toreros o personajes acompañados de elementos que quieren expresar actualidad (un cigarrillo, un collarín ortopédico, unas gafas acuáticas,…), son seres anónimos, fracasados y tristes, que tal vez un día fueron violentos. Su angustia, absolutamente desprovista de dramatismo, aparece como cotidiana. Son personajes grises y de mirada triste o perdida, pero que consiguen transmitir la dignidad del ser humano ante el fracaso.

Colección Gelonch-Viladegut

miércoles, 28 de marzo de 2018

Enrico Baj







Pintor de un ácido humorismo, Enrico Baj, fallecido  en su domicilio de Vergiate, en el norte de Italia, a los 79 años de edad, dominó durante medio siglo la escena de las vanguardias europeas. Su nombre, ligado a los de Fontana y Piero Manzoni, evoca la libertad de la creación, que adquirió un tono a menudo excéntrico en sus pinceles.


Baj, pintor, escultor y escritor de ensayos, está considerado como un neodadaísta satírico, gracias a sus cuadros de Generales que le hicieron famoso y a sus collages policromados, caracterizados por la misma vena grotesca y humorística.

Baj nació en Milán el 31 de octubre de 1924, en el seno de una familia acomodada. Su padre era un empresario de la construcción, y su madre, una ingeniera milanesa, en años heroicos del despertar feminista. Enrico descubrió su vena artística y se inscribió en la Academia de Brera, sin descuidar por eso cuestiones prácticas, como los estudios de Derecho, que inició en 1945 y concluyó con facilidad. Ejerció después la abogacía hasta 1956, pero su destino estaba marcado ya por el arte.

Enrico Baj fundó en 1952 el Manifiesto del Arte Nuclear, que se oponía a la abstracción geométrica, y a cualquier ismo académico, enarbolando un ideario casi científico que buscaba "la investigación de las nuevas formas del hombre: las del universo atómico", según el documento fundacional. Un movimiento al que se adhirieron Yves Klein, Piero Manzoni, los hermanos Pomodoro, Lucio Fontana y Asger Jorn, entre otros artistas. Un año después comenzó a trabajar como ilustrador de obras de escritores famosos, y a colaborar en diversas publicaciones.

Se estaba forjando ya el estilo satírico de Baj, del que, años después, el surrealista André Breton dijo: "El aspecto lúdico e irónico de Baj oculta un compromiso constante y coherente contra todas las formas de destrucción y opresión del hombre contra el hombre".

Baj se definía a sí mismo como "un libertario anarco-patafísico", una especie de eterno revolucionario inclasificable que se enfrentó en numerosas ocasiones a los poderes establecidos, lo que le causó algunos problemas policiales. En 1961, por ejemplo, la obra colectiva Gran Cuadro Antifascista Colectivo, que denunciaba la guerra de Argelia, fue confiscado por orden de las autoridades y pasó varios años encerrado en los sótanos de la prefectura de policía de Milán, antes de ser expuesto en el Museo de Arte Moderno de Estrasburgo. Tres años más tarde, la Bienal de Venecia le obligó a camuflar el torso de uno de sus generales.


El estilo provocador de sus obras despertó la inquietud de las autoridades durante buena parte de su vida. La exposición retrospectiva que le dedicó Palazzo Grassi, en Venecia, en 1975, se celebró bajo fuerte control policial. Uno de los cuadros más conocidos de Enrico Baj, Los funerales del anarquista Pinelli, provocó también una enorme polémica.


Pero Baj no fue sólo pintor y escultor. Además de las artes figurativas, se dedicó a la escritura, publicando quince ensayos. Su obra plástica ha merecido decenas de exposiciones en Italia y en Estados Unidos. La última y más importante fue la que le dedicó el Palacio de las Exposiciones de Roma, en 2001, con un impresionante recorrido a través de medio siglo de actividad artística, desde 1951 al 2001, y con un total de 300 obras.-

Información. EL PAIS

martes, 27 de marzo de 2018

Antonio Ligabue




Apodado "El Matt" por los agricultores de Gualtieri, Antonio Ligabue nació en Zurich, hijo de padre desconocido,  el 18 de diciembre de 1899.  A Ligabue se le conoce  por  la triste odisea existencial que marcó profundamente su trabajo. En 1901 Bonfiglio Laccabue, que emigró a Suiza desde la ciudad de Gualtieri, se casa con Elisabetta y reconoce al niño que lleva el nombre de Antonio Laccabue , un apellido que cambiará por Ligabue en 1942, presumiblemente debido al odio que sentía por su padre. por  el homicidio de su madre Elisabetta, que murió trágicamente en 1913 junto con tres hermanos después de una intoxicación alimentaria.

El niño  fue asignado a un instituto de rehabilitación en Marbach y más tarde, en 1917, con tan solo dieciocho años, fue admitido en el manicomio de Pfäfers. Expulsado de Suiza por su vida turbulenta, Antonio Ligabue llegó a Gualtieri en agosto de 1919, el país de origen de su padre adoptivo. El impacto con el nuevo entorno fue inmediatamente triste y doloroso. Vive  de la mendicidad de hasta  1920  cuando le ofrecieron un trabajo en las orillas del Po: en ese momento comenzó a pintar.

Las primeras pinturas de Ligabue datan de finales de la década de 1920: estos son los años en que Ligabue se encuentra con  Marino Mazzacurati. Este encuentro cambia su vida. Del pintor y escultor Romagnolo recibe los rudimentos artísticos más importantes junto con los colores y los pinceles. Al final de la guerra los críticos comenzarán a interesarse por las obras de Ligabue.

En 1937 ingresó en un psiquiátrico en Reggio Emilia por autolesiones . En 1941, el escultor Andrea Mozzali lo sacó del hospital psiquiátrico y lo recibió en su casa de Guastalla, cerca de Reggio Emilia. Durante la guerra, trabajó como intérprete de las tropas alemanas. En 1945, por haber golpeado a un soldado alemán con una botella, fue internado en un manicomio y permaneció allí durante tres años.

En 1948, su actividad pictórica se hizo más intensa y los periodistas, críticos y marchantes de arte comenzaron a interesarse por él. En 1 961 se realizó su primera exposición personal en la Galería La Barcaccia de Roma. Sufre un accidente de motocicleta y al año siguiente queda paralítico. Guastalla le dedica una gran exposición antológica. Pide ser bautizado y confirmado: muere el 27 de mayo de 1965. 

La parte más fascinante de su obra pictórica son las pinturas dedicadas a los animales. Desde caballos y bueyes, peleas de aves de corral, tigres de boca abierta, leones monstruosos, serpientes y águilas que capturan presas o luchan por sobrevivir, es una verdadera jungla que el artista imagina con fantasía alucinatoria en los bosques del Po. Ligabue pinta a un ritmo frenético pero tiene algunos problemas con los autorretratos, le parece que nunca se parecen a él. Desde el primitivismo incierto de la primera etapa, más ingenuo, hecho de una manipulación 'suave' de colores, que abarca los años 1928 a '39, pasamos a la explosión expresionista de color violento y la pincelada convulsiva del período siguiente, caracterizada por una paleta cálida y viva que expresa el drama de la propia existencia a través de la configuración de la agresión animal.

lunes, 19 de marzo de 2018

Juan José Zapater Rodríguez


(Valencia, 1867-1922). Pintor español. Estudió en la Escuela de
 Bellas Artes de San Carlos de Valencia y prosiguió sus estudios en Roma y en París. Desde muy joven participó en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes donde consiguió tercera medalla en 1887 con el cuadro de tema histórico En las Termópilas, y la misma distinción en 1890 con Una poesía. Instalado definitivamente en España, se ­especializó en temas costumbristas valencianos y en retratos, al mismo tiempo que inició una labor como dibujante e ilustrador colaborando en el periódico Las Provincias y en ediciones de libros.

viernes, 16 de marzo de 2018

Antonio Fillol Granell



(Valencia, 1870-Castelnovo, Castellón, 1930). Pintor español. Se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, con Ignacio Pinazo. Ferviente admirador de Joaquín Sorolla, es conocido por su vertiente costumbrista y regionalista, con una amplia galería de tipos y escenas folclóricas. Al Prado pertenece La gloria del pueblo, que fue segunda medalla en la Exposición Nacional de 1895, La defensa de la choza y La bestia humana, de inclinación naturalista. Dentro de la pintura religiosa, el Museo posee Los amigos de Jesús, una composición simbolista de 1901, y un Autorretrato de 1915, que el propio autor donó al Museo de Arte Moderno el 23 de octubre de 1917, desde donde pasaría al Prado en 1971.

Museo del Prado

viernes, 2 de marzo de 2018

Giacomo Pacchiarotti

 Nació en Siena en 1474
La fama de Pacchiarotti, como lo demuestran los numerosos documentos guardados en los archivos y en la biblioteca municipal de Siena, se debe principalmente a su actividad "política", que lo vio como animador de disturbios y participante directo en los acontecimientos convulsivos de la historia de Siena en la resistencia de Siena contra Florencia de principios del siglo XVI. Las hazañas del artista rebelde fueron relatadas por cronistas locales para hacerlo protagonista, con características anecdóticas y cargadas, de una novela de Pietro Fortini (1858) . 

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 Bernardino Fungai puede haber sido su maestro; El estilo de Pacchiarotti está influenciado por Fungai, así como por Matteo di Giovanni , Perugino y Signorelli . Huyó a Francia, donde se unió a Rosso Fiorentino en  en Fontainebleau . Pintó una Santa Catalina y Santa Catalina , ahora en la Pinacoteca de Siena y unos frescos sobre el Nacimiento de la Virgen y la Anunciación para la iglesia de San Bernardino. 
 RITRATTO DI GIOVANE
Varias de sus pinturas están en Siena.
En 1509 recibió el que probablemente fue su encargo más importante: la decoración de la capilla Piccolomini, dedicada a S. Andrea, en la iglesia de S. Francesco en Siena (que fue completamente destruida en el incendio que devastó la iglesia en 1655)
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 En los últimos años, Pacchiarotti dedicó sus energías a la vida política de la ciudad, adhiriéndose a las posiciones más radicales: en 1529 se presentó una primera condena en Talamone, que entró en vigor diez años más tarde, cuando se le obligaba a abandonar la ciudad "por mala conducta en tiempos pasados".A petición  de su esposa Girolama, el 7 de agosto de 1540, el confinamiento fue revocado permitiendo a Pacchiarotti regresar a la pequeña propiedad de Viteccio donde murió el mismo año.