Este era el cerdito
Salvemos a Quinín
Esto se escribía entonces
Quinín es un cerdo. Un cocho de 200 kilos, pero tan humanizado que, como dirían los viejos, "só lle falta falar". Mi compañero Santi Garrido escribe hoy en La Voz una dolorosa crónica. Cuenta que a Quinín le dan dos meses. No, no le han diagnosticado ninguna enfermedad terminal. Pero el cuchillo del matachín, como una terrible espada de Damocles, planea sobre su cabeza. Su dueño ha tomado la determinación de convertirlo en jamones "ahí, para Navidad". Y se me encoge el corazón. Quinín no fue criado para la charcutería. Está tan humanizado que su matanza se antoja asesinato. Por eso, desde aquí, lanzo una campaña en favor de su indulto. ¡Salvemos a Quinín!
Hoy quinin
Este cerdito, nacido en Muxía a mediados del 2007, paseaba por las calles y caminos de Dumbría, manso y fiel como un perro y dulce como un gatito de angora, despertó la simpatía de todo el mundo cuando se anuncio que llegaba su "sanmartin"
Hoy, aqui lo vemos, grande, robusto. Le encantan las golosinas. Los vecinos le llevan pasteles y donuts y los niños caramelos cuando salen del cole
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