Los datos biográficos del pintor Julio Vila y Prades se conocen con bastante exactitud gracias a las notas biográficas y bibliográficas publicadas por su hija Carmen Vila Artal con motivo de la exposición antológica dedicada al pintor en Madrid en el año 1974.
Julio Vila y Prades nació el 9 de abril de 1873 en Valencia, hijo de Valero Vila Berenguer y Rosa Prades Tarazona. Manifestando sus deseos de ser pintor, en contra de la voluntad de sus padres, abandonó la casa paterna e ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos en Valencia, donde estudió dibujo y pintura con los maestros Joaquín Agrasot, Juan Peyró y Francisco Domingo Marqués. En 1893 ingresó en el taller madrileño de Joaquín Sorolla y Bastida, hecho decisivo en su carrera pictórica. Vila y Prades permaneció en Madrid hasta 1904, período durante el cual se presentaría a varios certámenes de pintura con bastante éxito.
En el mismo año de 1904 marchó a París, donde ingresaría en la Académie Julian. Tras su breve estancia en París regresaría a Madrid. Vila y Prades siempre había deseado viajar a América y en 1905, a través de su maestro Joaquín Sorolla, contactó con el empresario José Artal, conde de Artal, afincado en Buenos Aires, donde se trasladaría el pintor. En esta etapa realizó varias obras de tipología costumbrista y paisajística de la pampa argentina, destacando el lienzoConduciendo la hacienda (1905, Capitanía General de Sevilla).
Su vuelta a Europa se produce en el año 1906 y, por medicación de antiguos compañeros de la Académie Julian de París, se instalaría en la Bretaña francesa, en la ciudad costera de Concarneau. En la Bretaña ejecutaría interesantes lienzos de paisajes costeros y escenas costumbristas bretonas, como la obra Las murmuradoras (1906, colección Vila Artal). En 1906 vuelve a Madrid con su amigo Verdugo Landi y realiza varios dibujos con motivo de la boda del rey Alfonso XIII, que serían publicados en los diarios La Esfera y ABC.
En 1907 viajará a Valencia por motivo de la enfermedad de su madre, marchando tras la muerte de ésta de nuevo a Madrid en 1908. En estos años participó en numerosas exposiciones colectivas y efectuó sus afamadas obras Caravana gitana (1907), Los arroceros (1907), premiada con la segunda medalla en la Exposición Nacional de Madrid, y Jurado de carreras del siglo XVIII (1907), también premiada en el Salon de París con medalla de oro.
En 1908 vuelve a Buenos Aires y se casa con Carmen Artal, hija de su amigo José Artal. En ese período desarrolló su faceta de pintor muralista ejecutando numerosos encargos para diversas instituciones en Argentina (Tigre Club, Club de Mar del Plata y Palacio de Gobierno de Tucumán). Con su mujer, en 1909, pasó unos meses en París estudiando la pintura del Louvre y en los años sucesivos volvería a Europa en varias ocasiones, período durante el cual sus trabajos obtuvieron diversos reconocimientos tanto en América como en Europa.
En 1914, el pintor junto con su familia marchó de Buenos Aires para trasladarse a París, pero a causa de la Primera Guerra Mundial deciden volver de nuevo España, instalándose en 1915 en San Sebastián. Precisamente allí, en el alto de Ategorrieta, Julio Vila y Prades situaría su residencia estable y su taller denominado Cheerful. En España destacaría por su labor como paisajista y además retratista de importantes familias, e incluso de la propia familia real, ejecutando varios retratos del rey.
Durante los años siguientes el pintor seguiría participando en numerosas exposiciones y viajando por diversos países según se iban estableciendo nuevas oportunidades de trabajo: Nueva York y Caracas (1917), La Habana (1918-1919), México (1920). En 1921 regresa a San Sebastián, donde recibe el encargo de la decoración de los techos del Gran Kursaal, obra que el pintor que finalizó en 1922, y lamentablemente hoy desaparecida. En el mismo año de 1922 viajó a Perú, donde en Lima le sería encomendada la realización de los grandes murales de La batalla de Ayacucho para el nuevo Museo Bolivariano. En 1924 marchó a Estados Unidos, y en Los Ángeles trabajó en la decoración mural del Museo de la Legión de Honor de la Fundación Spreckels, y en ese mismo año visitó diversos países de América del Sur.
En 1926 volvió a España para seguir trabajando en el mural de La batalla de Ayacucho, esta vez en su nuevo taller de Tarragona. En 1928 le fue concedida por el gobierno de Perú la condecoración de la orden del Sol. En octubre de ese año, el pintor junto con su familia se trasladó a Barcelona, donde ejecutó de nuevo varios retratos para el rey Alfonso XIII. Desgraciadamente, Julio Vila y Prades no pudo concluir el mural de Ayacucho, pues enfermó y falleció el 9 de julio de 1930 en Barcelona, siendo enterrado en San Sebastián.
Actualmente la extensa y variada obra de Julio Vila y Prades se encuentra en varios museos e instituciones en España, América y en diversas colecciones particulares. Sin embargo, la mayor parte de su obra pertenece a la colección familiar del pintor, denominada colección Vila Artal (Madrid).
Museo Carmen Thyssen Málaga
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