La presión para que los generales egipcios entreguen cuanto antes el poder a un gobierno civil creció este viernes con decenas de miles de manifestantes clamando por ello en la plaza Tahrir (Liberación) de El Cairo.
La "protesta pro-democracia" recibió un claro respaldo de Estados Unidos, que en un comunicado urgió por primera vez este viernes a la Junta Militar que gobierna transitoriamente el país a que esa cesión se produzca "cuanto antes".
Los manifestantes no confían en las elecciones parlamentarias que tendrán lugar el lunes y martes, y los generales, que han ostentado el poder durante décadas, están tratando de convencer a los escépticos de que no tienen deseos de aferrarse más al poder.
En la plaza Tahrir, este viernes se podían escuchar los gritos de "Fuera, fuera", de miles de personas que afirman que no cesarán sus protestas hasta que el país tenga una democracia real.
Para algunos observadores, Egipto está viviendo una "segunda fase" de la revolución de enero, que en 18 días consiguió acabar con 30 años de gobierno del presidente Hosni Mubarak.
Muchos de los que han vuelto a la plaza Tahrir estos días son cautos. No creen que un proceso presidido por los militares acabe siendo justo y no aceptan que estos tengan autoridad política o moral para decir cuándo y en qué circunstancias deben votar los egipcios, según destaca el corresponsal de la BBC en El Cairo, Kevin Connolly.
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Principios elevados
En una rueda de prensa televisada este jueves uno de los generales aseguró que piensan seguir adelante con la celebración de los comicios.
"Las elecciones tendrán lugar tal y como habíamos planeado", dijo Mamdouh Shaheen.
Añadió que una renuncia de las fuerzas armadas antes del lunes sería como una traición.
Esos son unos principios muy elevados para unos oficiales de alto rango que sirvieron durante muchos años sin ningún problema moral aparente, cuando Egipto la democracia en Egipto no existía o era muy limitada, según Connolly.
"La razón real de este repentino entusiasmo por la democracia multipartidista es un poco menos noble".
"Sin una figura como Hosni Mubarak que dé la cara por el poder militar, los generales han perdido de repente la responsabilidad de la gestión del día a día de la vida en Egipto. Y eso no les gusta", precisa el periodista de la BBC.
La frustración por la lenta transición hacia la democracia y por el desempleo, la pobreza y la corrupción les está acuciando.
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Y a eso se suma la presión del gobierno estadounidense, que financia con US$1.300 millones al año a las fuerzas armadas egipcias.
"Creemos que una transferencia completa del poder a un gobierno civil debe tener lugar de una manera justa, inclusiva y que responda a las legítimas aspiraciones del pueblo egipcio, tan pronto como sea posible", decía el comunicado estadounidense de este viernes.
Apoyo religioso
La mayor autoridad del islam sunita, el gran imán de la mezquita de al-Azhar de El Cairo, envió un inusual mensaje de apoyo a los manifestantes de Tahrir.
Uno de sus ayudantes, Hassan Shafie, leyó ante las cámaras de televisión un comunicado: "El gran imán os apoya y está rezando por vuestra victoria".
También se llevó a cabo este viernes otra manifestación en otra plaza importante de El Cairo para apoyar al ejército y al jefe del consejo militar, Hussein Tantawi.
Los manifestantes -blandiendo pancartas pro militares y banderas egipcias- acusan a los manifestantes de la plaza Tahrir de representar a sólo una minoría de los egipcios.
Esta semana, la junta militar designó a Kamal el-Ganzoury como nuevo primer ministro civil que deberá seguir respondiendo ante los generales.
Ganzoury dijo el viernes que formará un gabinete inclusivo que represente al pueblo egipcio, pero los manifestantes de Tahrir rechazaron su nombramiento porque sirvió como primer ministro duranet la era de Mubarak.
Al leer su comunicado, Ganzoury aseguró que su nuevo gobierno de salvación nacional sería anunciado antes del lunes, el día de las primeras elecciones libres parlamenarias de Egipto en décadas.
El resultado de los comicios no se conocerá hasta marzo ya que la votación se realizará por fases en distintas partes del país.
Se espera que los partidos proislamistas aliados a la Hermandad Musulmana, ilegal durante el régimen de Mubarak, emerjan con un fuerte bloque parlamentario.
Aún no hay fecha para las elecciones presidenciales aunque el jefe de la Junta Militar, Husein Tantaui, ha asegurado que su fecha no será posterior a junio de 2012.