sábado, 5 de noviembre de 2011

Marie Bashkirtseff ¿Como se puede hacer tanto en solo 26 años de vida?


Marie Bashkirtseff (1858 - 1884)

Además del ruso y francés, que conocía desde la cuna, María habla inglés, alemán, italiano, griego y latín. También muestra gran interés por la música, para la cual estaba especialmente dotada, llegando a tocar el arpa y el piano. Aprende a bailar el ballet clásico de los grandes compositores rusos y su prodigiosa voz de mezzo-soprano la anima a probar suerte en el mundo de la ópera.


María Konstantinovna Bashirtseva nace el 24 de noviembre de 1858 en Gavrontsy, población rural de Ucrania, en el seno de una familia de alto linaje aristocrático. Tras la separación de sus padres, siendo María una niña aún, acompañó a su madre en sus constantes viajes por Europa, llegando a vivir temporadas en Viena, Badén y Ginebra. A los doce años le pide a su familia trasladarse a Niza, consciente ya de que esa ciudad le permitiría desarrollar sus dotes artísticas. Es allí donde, a los trece años, inicia la redacción de un diario en el que, sin pudor, pone al descubierto su particular psicología y su visión personal de la lucha de las mujeres artistas.



Además del ruso y francés, que conocía desde la cuna, María habla inglés, alemán, italiano, griego y latín. También muestra gran interés por la música, para la cual estaba especialmente dotada, llegando a tocar el arpa y el piano. Aprende a bailar el ballet clásico de los grandes compositores rusos y su prodigiosa voz de mezzo-soprano la anima a probar suerte en el mundo de la ópera.



A los diecinueve años, cuando una tuberculosis ya irreversible trunca sus proyectos como cantante, decide trasladarse con su familia a París e iniciar allí su carrera en las bellas artes. Alterna sus clases en la Academia del maestro Rodolphe Julian (uno de los pocos establecimientos en que aceptaban estudiantes femeninas) con visitas a balnearios curativos donde encontrar remedio al mal que la va consumiendo. Se dedica a la pintura con el mismo entusiasmo con que lo hizo a la música y ni siquiera su quebradiza salud la disuade de salir a las húmedas y frías calles parisinas a la caza de imágenes que, luego, darán vida a sus telas y cartones.



María no abandona la diaria redacción de su vida, y es a través de sus escritos que sabemos de la lucha titánica de esta mujer por superar su enfermedad. En sus página cuenta el sufrimiento que le producen las curas, llegando a padecer una sordera que la aísla y apenas le permite escuchar las arias de la ópera cuando acude al teatro. Aun así, María no se resigna a perder este personal pulso con la muerte y sigue creando.


El día veinte de octubre de 1884, con sólo veintiséis años, muere María en los brazos de su madre. Sus últimas palabras fueron de elogio a lo que más quería: "¡Mamá... mamá... la vida... es bella!"

María Bashkirtseff pasó como una estrella fugaz por la vida y por el universo del arte, pero le dio tiempo suficiente para dejar huella: tras su muerte, se exponen sus obras (un centenar de óleos y pasteles de indudable valor realista que ahora cuelgan en prestigiosos museos de todo el mundo) y en 1887 se publica el "Journal de Marie Bashkirtseff" con un enorme éxito de público y de crítica, sobre todo en Estados Unidos, Inglaterra y Francia.



"Me parece que nadie ama todo tanto como yo: artes, música, pintura, libros, sociedad, vestidos, lujo, ruido, calma, risa, tristeza, melancolía, farsa, amor, frío, sol; todas las estaciones, todos los estados atmosféricos, las tranquilas llanuras de Rusia, y las montañas que rodean a Nápoles; la nieve en invierno, las lluvias en otoño, la primavera y sus locuras, los tranquilos días de verano y las bellas noches con estrellas que brillan... adoro y admiro todo. Todo se presenta para mí bajo aspectos interesantes o sublimes; quisiera ver todo, tener todo, abarcar todo, mezclarme con todo y morir, y ya que es necesario, morir dentro de dos o de treinta años; morir en éxtasis para experimentar ese último misterio, ese fin de todo, o ese comienzo divino".

Diario de mi vida. Bashkirtseff Marie, traducción de María Elena Ramos Mejía, Buenos Aires, Espasa Calpe, 1948

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