En 1872 su familia, de origen vizcaíno, se trasladó definitivamente a Bilbao. Estudia dibujo con su tío Elviro González. Inicia los estudios de ingeniería en Bélgica, pero abandona la carrera para dedicarse a su carrera artística.En 1890 se dirige a Bruselas donde estudia pintura con Lorrand. En 1895 se instala en París para continuar allí sus estudios de pintura, sobresaliendo pronto por su arte y fuerte temperamento. Se convierte en uno de los pintores de vanguardia más cotizados de la época.
En 1901 celebró una exposición en la Galería Vollard, de la capital francesa, en unión de Pablo Ruiz Picasso. Sus cuadros despertaron gran curiosidad y su fauvismo un sinfín de comentarios por parte de la crítica y del público de la época. En esta exposición el artista presentó cerca de cuarenta obras, en las que mostraba su indiscutible personalidad y talento. Después concurrió a otras exposiciones, destacando principalmente en la celebrada en el Salón de los Independientes. En París conoce también a Henri Matisse, quien influyó notablemente en su obra.
Regresó a su tierra (1901) y viajó por toda la Península, captando paisajes y tipos con sus pinceles. Dió a conocer algunas de sus obras en Madrid, Barcelona y Bilbao y obtuvo el mismo éxito que había alcanzado ya en el extranjero. Abrió un taller en Sevilla estableciendo así un eje París-Andalucía-Bilbao y trasladándose con frecuencia hasta la guerra del 14.
En 1917, en la Exposición de Artistas Vascos, tuvieron los lienzos de Francisco Iturrino una sala especial, y en ella pudieron ser contemplados sus excelentes cuadros con asuntos andaluces, salmantinos y marroquíes. En esta época, Iturrino había cambiado ya su arte negro y huraño de las primeras obras por otro más claro y amable, de técnica personalísima y de valiente colorido. Es justo hacer constar que no siempre fueron bien comprendidas sus obras, y después de la exposición que se celebró en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1919, se originó una verdadera polémica.
En 1922 sufrió varias intervenciones quirúrgicas, siendo necesaria la amputación de una pierna gangrenada. Debido a su situación económica, sus amigos -Picasso, Matisse, Bonard, etc., realizaron una suscripción, la cual le permitió adquirir una casita en Cagnes sur Mer. Pinta y, sobre todo, graba al aguafuerte.
Muchas de sus obras se encuentran muy repartidas en museos nacionales y extranjeros y en colecciones particulares. Vollard adquirió gran parte de las creaciones. El coleccionista argentino don Andrés Garmendia posee varios cuadros, y en la colección Elejabeitia de Bilbao, se halla la obra titulada Las cuatro. Los museos de Bellas Artes de Santander y Bilbao y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid tienen obras de Iturrino en sus fondos.
En 1901 celebró una exposición en la Galería Vollard, de la capital francesa, en unión de Pablo Ruiz Picasso. Sus cuadros despertaron gran curiosidad y su fauvismo un sinfín de comentarios por parte de la crítica y del público de la época. En esta exposición el artista presentó cerca de cuarenta obras, en las que mostraba su indiscutible personalidad y talento. Después concurrió a otras exposiciones, destacando principalmente en la celebrada en el Salón de los Independientes. En París conoce también a Henri Matisse, quien influyó notablemente en su obra.
Regresó a su tierra (1901) y viajó por toda la Península, captando paisajes y tipos con sus pinceles. Dió a conocer algunas de sus obras en Madrid, Barcelona y Bilbao y obtuvo el mismo éxito que había alcanzado ya en el extranjero. Abrió un taller en Sevilla estableciendo así un eje París-Andalucía-Bilbao y trasladándose con frecuencia hasta la guerra del 14.
En 1917, en la Exposición de Artistas Vascos, tuvieron los lienzos de Francisco Iturrino una sala especial, y en ella pudieron ser contemplados sus excelentes cuadros con asuntos andaluces, salmantinos y marroquíes. En esta época, Iturrino había cambiado ya su arte negro y huraño de las primeras obras por otro más claro y amable, de técnica personalísima y de valiente colorido. Es justo hacer constar que no siempre fueron bien comprendidas sus obras, y después de la exposición que se celebró en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1919, se originó una verdadera polémica.
En 1922 sufrió varias intervenciones quirúrgicas, siendo necesaria la amputación de una pierna gangrenada. Debido a su situación económica, sus amigos -Picasso, Matisse, Bonard, etc., realizaron una suscripción, la cual le permitió adquirir una casita en Cagnes sur Mer. Pinta y, sobre todo, graba al aguafuerte.
Muchas de sus obras se encuentran muy repartidas en museos nacionales y extranjeros y en colecciones particulares. Vollard adquirió gran parte de las creaciones. El coleccionista argentino don Andrés Garmendia posee varios cuadros, y en la colección Elejabeitia de Bilbao, se halla la obra titulada Las cuatro. Los museos de Bellas Artes de Santander y Bilbao y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid tienen obras de Iturrino en sus fondos.