Thomas Cole, iniciador de la Escuela del río Hudson, fue también el precursor de la tradición paisajista del siglo XIX norteamericano. Nació en Gran Bretaña y emigró a Estados Unidos junto a su familia con diecisiete años. Allí se convirtió en aprendiz de un pintor ambulante y en 1823 comenzó a asistir a la Pennsylvania Academy of the Fine Arts de Filadelfia. Dos años más tarde y siguiendo a su familia, Cole se trasladó a Nueva York. Aquel mismo verano realizó su primera excursión a las Catskill Mountains y el río Hudson, cuyo paisaje sería el principal tema de sus cuadros a partir de entonces. Las obras que siguieron a esta excursión, basadas en los apuntes que tomó del natural, tuvieron muy buena acogida en el ambiente artístico de Nueva York y le convirtieron en un paisajista de renombre.
Para Cole el paisaje tenía un significado que iba más allá de la simple representación de la naturaleza, con un trasfondo moral y vinculado a la consideración del nuevo continente como la tierra prometida. A finales de la década de 1820, Cole intensificó esta idea realizando una serie de paisajes alegóricos basados en historias bíblicas. Poco después, en 1829, se embarcó rumbo a Europa, en el primero de los dos viajes que realizaría al viejo continente, que le llevó a Gran Bretaña, Francia e Italia y donde contempló las obras de los grandes maestros del paisaje europeo, como John Constable, J. M.W. Turner, los grabados de John Marin y Claudio de Lorena.
Tras tres años en Europa, regresó a Nueva York y realizó la serie El curso del imperio, de 1836 (Nueva York, New York Historical Society), su primer encargo importante, en el que desarrolló simbólicamente el origen, apogeo y hundimiento de una nación.
Durante toda su vida Cole compaginó la actividad pictórica con la poesía y la redacción de ensayos, como su Essay on American Scenery, que fue publicado en 1835 y en el que desarrollaba sus teorías artísticas.
En 1836 trasladó su residencia a Catskill, que hasta entonces había sido su lugar de vacaciones, y en torno a 1840 se convirtió a la iglesia episcopaliana, momento en el que su interés en el valor espiritual y sublime del paisaje evolucionó hacia una interpretación religiosa. En 1844 Edwin Frederic Church se convirtió en discípulo suyo. Murió joven, en 1848.
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
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