miércoles, 11 de mayo de 2022

Hans Baldung Grien



(Schwäbisch Gmünd, Alemania, 1484/1485-Estrasburgo, 1545). Pintor y grabador alemán. Pertenecía a una familia ­culta de abogados y profesores universitarios que se trasladó a Estras­burgo durante la década de 1490. Su padre fue consejero jurídico del obispo de aquella población y él mismo estableció un duradero contacto con los humanistas y reformadores de la ciudad, llegando a formar parte del Gran Consejo de la ciudad. Se ha supuesto que recibió una primera educación artística en el taller de un maestro asentado allí muy influido por la personalidad dominante de Martin Schongauer. 


Lo cierto es que en 1503 ya se encontraba trabajando con Alberto Durero, quien llegaría a mostrarle su predilección al encargarle la dirección de su taller durante su segundo viaje a Venecia (1505-1507). La adopción de su sobrenombre, «Grien» (Verde), demuestra su in­cli­nación por ese color durante sus ­pri­meros años, utilizándolo en su firma para distinguirse de otros compañeros con idéntico nombre. Desde muy joven demostró su independencia y versatilidad en la realización de numerosos dibujos y grabados, aunque tuviese siempre presente el ejemplo de Durero. En 1507 realizó un viaje a Halle, donde recibió importantes encargos: dos retablos, uno con La Ado­ración de los Magos (Gemäldegalerie, Berlín) y otro de San Sebastián ­(Germanisches Nationalmuseum, Núremberg).
En ambos se perciben ecos de su maestro Alberto Durero y también de Lucas Cranach. En 1509 se hizo ciudadano de Estrasburgo y al año siguiente obtuvo el título de maestro, pudiendo crear un taller con oficiales. Es también en 1510 cuando Baldung sacó a la luz su primera estampa sobre brujería, un ­tema que se haría omnipresente en su obra durante los años siguientes y con el que daría rienda suelta a creaciones marcadas por la inquietud y el erotismo: nigromancia, aquelarres y representaciones de la Muerte se harán frecuentes en pinturas y grabados. En 1512 se trasladó a Friburgo, donde permaneció durante cinco años. Allí realizó una de sus obras principales, el retablo de la catedral, constituido por once paneles monumentales. 
Fue instalado en mayo de 1516 y aún puede contemplarse in ­situ. Además, siguió trabajando en obras de pequeño tamaño y estampas y diseñó numerosas composiciones para las vidrieras de la catedral, una actividad que ya había realizado para varias iglesias de Núremberg. En 1517 regresó a Estrasburgo, y ­entonces fue nombrado miembro del Gran Consejo de la ciudad. Allí se ­adhirió a la Reforma protestante, aunque, afortunadamente para su trabajo, la ciudad no vivió grandes conmociones iconoclastas. Su arte se fue alejando de un primer estadio de gran expresividad y dramatismo para sumergirse más y más en fórmulas manieristas, con insistencia en el dibujo y en la creación de figuras estilizadas y elegantes de poderosa sensualidad. Partiendo de las imágenes medievales de las danzas de la Muerte, creó originales alego­rías morales sobre la fugacidad de la Vida y la Belleza, así como voluptuosas interpretaciones de la mitología clásica. 

En el Museo del Prado se conservan dos obras de Baldung en las cuales la protagonista absoluta es la figura humana desnuda, tan presente en su producción: Las Edades y la Muerte La Armonía o las tres Gracias. Esta última posee una inscripción al reverso que nos informa de que fue regalada por el conde de Solms a Juan de Ligne el 23 de enero de 1547. Tanto las dimensiones como la temática de ambas, parecen indicar que eran piezas compañeras y mezclaban alusiones a la Antigüedad clásica con reflexiones moralizantes. Debieron de pasar a posesión de Carlos V o de Felipe II, a cuya muerte se encontraban en el Alcázar de Madrid.

MUSEO DEL PRADO

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