Fernand Khnopff (1858 – 1921), artista belga, un autor prototípico de un momento muy agitado para el arte como fueron los años finales del siglo XIX y los comienzos del XX. Una época en la que se multiplicaron los estilos y corrientes artísticas, que su vez se fundan y refundan entre sí. Y entre todo ese marasmo de movimientos, el arte de este pintor se puede adscribir al Art Nouveau o Modernismo, pero dentro de ello sin duda está muy relacionado con el arte simbolista.
Khnopff fue un personaje muy peculiar, siempre muy bien vestido, en un estilo impecable y elegante, es decir, un dandy, pero de caracter pesimista y con tendencia a la soledad.
Nació en el seno de una familia de abogados y juristas, y el comenzó la carrera de derecho pero pronto la dejó para dedicarse al arte. Abandonó Bélgica y se fue a París donde conoció a Eugene Delacroix y al simbolista Gustave Moreau, así como al prerrafaelita Edward Burne Jones con quien iba a entablar una gran amistad y alguna que otra colaboración artística.
Tras su estancia en Francia, regresó a Bélgica, a Bruselas la capital donde intentó agitar el panorama artístico creando el grupo Les XX. Allí alcanzó cierto prestigio, pero siempre estuvo rodeado por el carácter delicado, el tono mágico y el aura de espiritualidad de su arte, es decir fue un tipo muy enigmático. Y lo fue hasta el fin de sus días.
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