jueves, 13 de octubre de 2016

Fernando Gallego



(Salamanca, documentado entre 1468 y 1507). Pintor español, representante del estilo hispano-flamenco en Castilla. Es uno de los artistas castellanos más importantes y reputados en el último tercio del siglo XV y en los primeros años del XVI. Su estilo se reconstruye a partir de tres obras firmadas que han llegado hasta nosotros -La Piedad o quinta angustia (Prado), el tríptico de la Virgen de la rosa (Museo Catedralicio de Salamanca) y el Retablo de san Ildefonso (catedral de Zamora)-, al no haberse conservado ninguna de las obras documentadas, entre las que cabe reseñar las que realizó para la catedral de Plasencia en 1468 y los seis retablos que llevó a cabo para la catedral de Coria en 1473. 


Entre las pinturas que se le atribuyen hay que señalar los grandes retablos realizados con la participación del taller y de sus colaboradores. De entre ellos destacan los de la catedral de Ciudad Rodrigo (1480-1488) y la iglesia de Santa María de Trujillo (h. 1490), en los que trabajó con él otro pintor, al que se puede asociar con el Bartolomeus, que firmó la Virgen con el Niño (Prado). En el antiguo retablo mayor de la catedral de Zamora, concluido antes de 1494 y cuyas tablas se vendieron a la parroquia de Arcenillas (Zamora), domina la participación del taller. El retablo mayor de San Lorenzo de Toro, realizado entre 1494 y 1496, no se debe a Fernando Gallego, sino que es obra de Francisco Gallego. El Cristo bendiciendo (Prado), de mano de Fernando Gallego, no pudo formar parte de este retablo, ya que lo impiden sus dimensiones, mucho mayores que las de la calle central de la que supuestamente se creyó que formaba parte. A las obras anteriores se pueden sumar la bóveda astrológica de la Universidad de Salamanca, posterior a 1479, y algunas tablas -restos de retablos en su mayoría- entre las que se podrían destacar: La Coronación de la Virgen de Villaflores (Museo Diocesano, Salamanca) o La Adoración de los Magos de la colección de Pedro Masaveu (Museo de Bellas Artes de Asturias, Oviedo). Por lo que afecta a la formación de Fernando Gallego, nada se sabe, pero, a juzgar por el estilo que muestran las primeras obras que han llegado hasta nosotros de su mano, como La Piedad o quinta angustia (h. 1470, Prado), todo apunta a que no estuvo en contacto directo con el arte nórdico fuera de Castilla, en contra de lo que opinan algunos estudiosos. Las notas que muestra su estilo en las pinturas que se deben a su mano dejan ver en cada detalle la maestría de su dibujo, la caracterización de los personajes, lo cuidado de la composición -en general no las repite- o la riqueza de su color, brillante y variado y sin la amplia proporción de oro común a otras zonas de Castilla.

Museo del Prado

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